La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife condenó a un joven de nacionalidad marroquí a 20 años de prisión por la brutal paliza, la detención ilegal y la agresión sexual a una mujer de 60 años en el centro de la capital tinerfeña.
El autor de los hechos había llegado varios días antes en una patera a Lanzarote y el citado suceso ocurrió cuando ya estaba en el centro de acogida temporal de extranjeros de Las Raíces, en La Laguna.
Delitos
Las infracciones penales por las que la Audiencia Provincial condena al joven marroquí son agresión sexual, lesiones, robo con violencia, amenazas y detención ilegal.
Pocas dudas podía haber de los hechos para el Tribunal cuando los hechos fueron grabados por una cámara de videovigilancia en el interior de la oficina en la que ocurrió el suceso.
El juicio por este hecho de extrema violencia se desarrolló desde el 16 de diciembre y la sentencia se ha dictado casi tres meses después.
Cómo comenzó el episodio
El joven marroquí y un amigo decidieron bajar a disfrutar de las celebraciones festivas en Santa Cruz de Tenerife por la Navidad el 3 de enero del 2023.
El amigo decidió regresar al centro de Las Raíces en un momento dado. Pero el ahora condenado permaneció en las calles céntricas de la capital tinerfeña hasta la madrugada.
Cuando estaba en la Plaza de La Candelaria se fijó en una mujer de 60 años que se dirigía a trabajar y la siguió a cierta distancia.
Esperó a que la víctima saludada a una conocida en la entrada del edificio Olympo. Y, poco después, la siguió por las zonas comunes del inmueble. Ya entonces no tenía zapatos y, de esa manera, hizo menos ruido en su persecución.
Se abalanzó sobre la víctima
La trabajadora abrió la verja exterior de la oficina y, en ese momento, el inmigrante en situación irregular se abalanzó sobre ella y la empujó al interior del local.
Después, le quitó el mando y las llaves que portaba. Así se aseguró de volver a bajar la verja para que nadie entrara y poder actuar sin que nadie detectara lo que iba a comenzar a hacer. Por eso se considera que hubo detención ilegal.
La mujer recibió numerosos puñetazos y patadas. De hecho, la cara le quedó desfigurada por los golpes, según señalaron las diferentes fuentes y quedó constatado en el juicio. Y de esa manera se considera probado el delito de lesiones.
Agresión sexual
A continuación, la trabajadora fue agredida sexualmente de todas las maneras posibles. Y después hubo más golpes.
El joven también le robó el dinero que tenía en la cartera y le quitó a la víctima sus zapatos para no caminar descalzó. Así se produjo el robo con violencia.
Y, al final, la advirtió de que no dijera nada a nadie sobre lo que había ocurrido, porque la mataría.
Según las fuentes consultadas, en la cámara de videovigilancia del local se aprecia que fueron más de 50 minutos de violencia extrema e innecesaria.
La búsqueda
Fueron los compañeros de trabajo de la víctima y el personal de seguridad quien descubrió lo que había pasado. Y, desde ese momento, se activó a agentes de la Policía Nacional.
Los funcionarios del cuerpo de seguridad recabaron datos sobre el aspecto físico y la ropa que llevaba el individuo. Al final, el joven marroquí fue detenido en el Intercambiador de Transportes de Santa Cruz de Tenerife, cuando se disponía a coger una guagua que lo llevara hasta La Laguna.
La rápida y eficaz actuación de los policías nacionales, que encontraron al individuo con los zapatos de la víctima, propició el rápido esclarecimiento de los referidos delitos.
La víctima sufrió unas secuelas físicas, psicológicas y emocionales terribles como consecuencia de este hecho. De hecho, al menos hasta poco antes del juicio, la mujer no podía ni siquiera acercarse al centro de Santa Cruz por miedo a revivir lo que le había ocurrido