La Bestia de Parla

 

Galphon ha demostrado conocer las artimañas para «sobrevivir» en la prisión, a menudo simulando problemas mentales.

Galphon G.T., más conocido como ‘La Bestia de Parla’ es un residente congoleño de 30 años que ha perturbado la tranquilidad de Parla.

La Policía Nacional de Parla está familiarizada con él, habiendo acumulado más de veinte detenciones en los últimos dos años.

Con un recuento alarmante de más de 30 delitos en tan solo un año, ‘La Bestia de Parla’ ha sido una fuente de constante perturbación en el municipio madrileño de Parla.

Desde agresiones a vecinos y fuerzas de seguridad, hasta dañar propiedades públicas y ocupar viviendas.

Pese a su historial, las detenciones solían terminar con Galphon en libertad esperando juicio.

Sin embargo, una reciente manifestación de violencia en el despacho de un magistrado llevó a tomar decisiones más drásticas.

A inicios de noviembre, tras varios arrestos consecutivos, un juez ordenó su ingreso provisional al Centro Penitenciario Madrid III en Valdemoro.

Lejos de ser un recluso ordinario, Galphon ha registrado 10 partes disciplinarios en una sola semana.

Partes que incluyen insultos, amenazas y coacciones hacia el personal del penal, así como la posesión de material prohibido.

En un enfrentamiento, intentó atacar a un funcionario con una silla y ha amenazado de muerte a otros internos.

El sindicato revela que su comportamiento errático también incluye quemar su colchón, paseos desnudos por el patio y cantos desafinados en altas horas de la madrugada, perturbando el sueño de los demás reclusos.

Ante la gravedad de su comportamiento, la administración de la prisión ha tenido que tomar medidas drásticas.

Desde su traslado a diferentes módulos, hasta su reclusión en aislamiento.

Allí, su tiempo en el patio es limitado a pocas horas y con un número reducido de compañeros.

Con antecedentes de encarcelamiento entre 2016 y 2019, la conducta actual de Galphon resulta sorprendente para algunos funcionarios.

Algunos sugieren que el crecimiento de su popularidad en redes sociales, particularmente en TikTok, ha influenciado su comportamiento al buscar notoriedad y atención mediática.

Sin embargo, no se descarta la posibilidad de un trastorno psicológico no diagnosticado.