Desde el 1 de enero de 2022, en Suiza es posible cambiar de sexo a través de un procedimiento simple. Basta una entrevista de diez minutos en el registro civil. En ella se comprueba la “capacidad de discernimiento” de la persona. Después del pago de una suma de 75 francos para el registro, el cambio de sexo se registra a los ojos del Estado.
Una facilidad desconcertante que ya dejaba entrever posibilidades de abuso. Entre ellos, la conversión de hombres en “mujeres” para evitar el servicio militar obligatorio. Pero también para recibir antes la llamada pensión AVS (seguro de vejez y sobrevivencia), un pago básico de jubilación, creado en 1925 y asignado a las mujeres a los 64 años, y a los hombres a los 65. Es este objetivo que persiguió un ciudadano residente en el cantón suizo de Lucerna, según él mismo ha revelado a 20Minutes.
El miedo al estado civil: ser acusado de “transfobia”
La administración ha ordenado a los registradores ignorar estos abusos, incluso en ausencia de cualquier certificación médica. Los medios suizos subrayan el temor de los funcionarios a ser acusados de “transfobia”, lo que los empujaría a mostrar poca consideración y, por lo tanto, a aceptar todas las solicitudes de cambio de sexo en el estado civil.
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