Hace 27 años, pensamos que nuestro futuro era Europa. En la actualidad, somos el futuro de Europa”, dijo esta mañana el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, durante la 28ª edición de la Escuela de Verano Tusnádfürdő.
En su discurso anual, Orbán manifestó que las elecciones parlamentarias que se celebrarán la próxima primavera en su país tendrán una importante dimensión europea. “Lo que suceda en Hungría tendrá importantes implicaciones para el conjunto de Europa, porque hoy una Hungría fuerte juega un papel decisivo en la batalla para evitar la descristianización de Europa”, señaló.
Orbán consideró asimismo que un país fuerte no puede permitirse un declive demográfico. “Los países más fuertes son aquellos que son capaces de mantenerse biológicamente. Para que Hungría tenga futuro tiene que mantener una tasa de de fecundidad de 2,1 hijos por familia”.
Subrayó que un estado fuerte necesita una buena seguridad, incluida la protección de sus fronteras y la lucha contra el terrorismo, así como “el mantenimiento de un fuerte sentido de identidad cultural”. En contraste con estos principios, apuntó a Europa, víctima a su juicio de un cambio cultural y demográfico de imprevisibles consecuencias.
“La inmigración no traerá ninguna solución a los problemas económicos. Tratar de remediar la escasez de mano de obra mediante la importación de inmigrantes es como si en medio de un naufragio te pones a consumir agua del mar. Es también agua, pero el problema no hará sino aumentar”, sostuvo el primer ministro húngaro.
En este punto, quiso mostrarse “muy franco” sobre los retos ante la integración de un gran número de inmigrantes musulmanes en nuestra cultura cristiana. “No podemos mantener nuestros ideales solidarios en nuestras naciones cuando existen grupos étnicos que pretenden modificar la cultura europea. No podemos mantener nuestros ideales en medio de colectivos que se oponen a la existencia y la cultura de Europa, porque el resultado final será catastrófico”, enfatizó Orbán.
“Existe un plan para poner Europa en manos de una población cosmopolita predominantemente musulmana”
“El reto en las próximas décadas es si Europa seguirá perteneciendo a los europeos. Si Hungría seguirá siendo la tierra de los húngaros, si Alemania seguirá siendo la tierra de los alemanes, si Francia seguirá siendo la tierra de los franceses, si Italia seguirá siendo la tierra de los italianos”, añadió el líder magiar, criticando en este sentido a “los burócratas europeos y del imperio mundialista de George Soros” al oponerse a “la voluntad de las naciones”.
“Hoy, los intereses de George Soros están mejor representados en Bruselas y Washington, DC que en Tel Aviv”, espetó Orbán, quien rechazó que las críticas al financiero judío de origen húngaro formen parte de teorías conspirativas. “Existe un plan de Soros, que él mismo ha escrito”.
Según Orbán, dicho plan consistiría en trasladar a un millón de inmigrantes al territorio de la Unión Europea. “A su llegada deben recibir 15.000 millones de euros manteniendo así el efecto de succión. Esta cantidad es mayor que el ingreso promedio anual de los húngaros. Soros pretende que los inmigrantes sean distribuidos por todos los países de la Unión Europea. Proteger nuestras fronteras europeas frente a la entrada de ilegales nos ha supuesto un gran esfuerzo económico. Europa ha asumido una pequeña parte de ese costo. Hoy Alemania está al borde de la quiebra, así que no nos hablen más de la falta de solidaridad de Hungría”, señaló. “Si Europa quiere seguir siendo viable, debe recuperar su soberanía y liberarse del ‘imperio Soros’,” remachó.