La guerra nuclear con Corea del Norte comenzaría en marzo de 2019 tras un tuit del presidente estadounidense Donald Trump, que sería entendido por Corea del Norte como una amenaza. Este es uno de los peores escenarios posibles que pronostica Jeffrey Lewis, profesor adjunto y director del Programa de No Proliferación de Asia Oriental del Instituto Middlebury en Monterey, EE.UU., en un artículo del The Washington Post.
En este ejercicio de política-ficción, basado en declaraciones públicas, informes de Inteligencia y mapas de zonas de impacto, el hecho que propiciaría la guerra sería la confusión de Corea de Norte de bombardear un avión civil pensando que se trata de un avión de guerra de EE.UU., en el que morirían los 250 pasajeros a bordo. En respuesta, Corea del Sur lanzaría misiles contra los sistemas de defensa aérea de Corea del Norte, según Lewis.
En este ejercicio de política-ficción, basado en declaraciones públicas, informes de Inteligencia y mapas de zonas de impacto, el hecho que propiciaría la guerra sería la confusión de Corea de Norte de bombardear un avión civil pensando que se trata de un avión de guerra de EE.UU., en el que morirían los 250 pasajeros a bordo. En respuesta, Corea del Sur lanzaría misiles contra los sistemas de defensa aérea de Corea del Norte, según Lewis.
En caso de estallar una guerra, los misiles norcoreanos matarían a más de un millón de personas en Nueva York y al menos 300.000 en Washington, advierte un experto
Muchos de los misiles lanzados no alcanzarían su objetivo, pero provocarían daños que serían comparables a los causados por las bombas que cayeron sobre Hiroshima y Nagasaki. En respuesta a las acciones de Pionyang, Estados Unidos comenzaría una ofensiva a gran escala desde el aire contra Corea del Norte. Kim Jong-un enviaría entonces sus restantes 12 misiles a las bases militares estadounidenses de San Diego y Pearl Harbor, así como a las ciudades de Nueva York y Washington y a Mar-a-Lago, la lujosa propiedad de Trump en Florida.
Aunque muchos de los misiles coreanos serían destruidos por las Fuerzas Aéreas de los EE.UU. en Alaska, algunos conseguirían llegar a su objetivo, acabando con la vida de más de un millón de personas en Manhattan y de al menos 300.000 personas en Washington. Trump se refugiaría en un búnker subterráneo en Florida mientras que el Gobierno norcoreano colapsaría y el líder norcoreano se suicidaría en un búnker en Pionyang.
"El Pentágono no haría casi ningún esfuerzo por calcular la enorme cantidad de civiles asesinados en Corea del Norte. Casi 2 millones de estadounidenses, surcoreanos y japoneses morirían en la guerra nuclear de 2019, que se puede evitar", concluye Lewis en su predicción.
Fuente: RT
Vaya, vaya, la sabiduría de este mundo, de los que saben de estas cosas, apunta a sucesos y fechas compatibles con mis profecias de Enero de 2016.
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