No sólo será muy especial. Será maravilloso.
Maravilloso por lo que tiene cualquier purificación. Que el proceso es doloroso, pero el resultado maravilloso.
Tercer año de las tribulaciones.
Se removerá cielo y tierra.
Las profecías se harán más manifiestas.
Mis profecías se harán más manifiestas.
Pronto sabremos quién soy yo.
Pronto veremos dolor en Europa.
La república por las gentes nuevas vejadas
Seguirá la barbarie y muchos ni se darán cuenta. La manipulación para que no te enteres seguirá, pero esta vez algo se removerá.
Los poderosos se darán cuenta de que no lo son tanto.
Se pondrán nerviosos. Irán a por todas, a conquistar todo el mundo aún no esclavizado por ellos. Ambición de poder (y de dinero) y nos lanzarán al Armagedon.
Seguirán incrédulos, infelices viviendo el día a día engañados con noticias de mentira, deleites, fútbol, sexo, drogas y fiesta. Las últimas fiestas.
Habrá fenómenos extraordinarios. Habrá milagros.
La brutalidad, el salvajismo, la maldad, la corrupción, el vicio, el odio en la antesala del Armagedon. Y durante las tribulaciones, los últimos avisos del cielo. Las últimas llamadas a la conversión. Después será demasiado tarde.
2018
Sangre, muerte, imbecilidad, brutalidad
Europa podre y decadente. Invadida, vilipendiada.
Avisos, llamadas a la conversión. Fenómenos extraordinarios
Entre 2018 y 2019 se asaltará el Vaticano y el Papa huirá.
Veremos el aviso, milagro y castigo anunciados en Garabandal.
2019
Armagedon. La guerra total. Miles de millones de muertos. Desolación. Muerte, enfermedad, hambre.
Últimas llamadas a la conversión. Intervención evidente y directa del cielo.
2020
Un nuevo cielo y una nueva tierra. Una nueva alianza de Dios con la Humanidad.
La imbecilidad y el pecado nos lleva a la perdición. La culpa no es de Dios, ni de los rusos, ni siquiera de las élites. Las élites no tienen la culpa de que la humanidad de comporte como un gran rebaño de borregos pecadores.
La culpa es de la imbecilidad y del pecado.
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