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3 de enero de 2013

De los/las trepas

Camina, la cabeza alta, destrozando la vida de los demás, recogiendo las migajas del éxito ajeno en pos de un mañana mejor.
El trepa tiene afán de protagonismo, es sibilino, actúa con sigilo y con maldad.
Egocéntrico hasta la náusea, el mundo es una mesa de la que servirse a su antojo.
Puñaladas por la espalda y sonrisitas de frente.
Siempre es el/la más. El que mejor lo hace todo, el que más sabe.

Cómo lubrican esas vaginas trepadoras en presencia del todopoderoso jefe, cómo se viste galán el trepa.

Y lo peor del trepa es que, como dice el refrán: piensa el  ladrón que todos son de su condición; y cuando alguien sólo quiere hacer su trabajo se desatan toda clase de suspicacias, delirios que desembocan en mentiras y hasta en el acoso.


Trepas en el trabajo, en la Universidad, en la política...Su afán de protagonismo les delata a kilómetros y su maldad es contagiosa, seductora. De la misma  naturaleza del demonio.

Trepas en el trabajo. Estando como está la situación laboral hay quien apuñala por la espalda a quien sea por un minuto de gloria o de difamación.
Trepas en la Universidad. El lugar idóneo, ideal para ellos. Cómo reptan por los despachos, cómo conspiran, cómo auténticos inútiles se hacen con la plaza fija...
Trepas en la política. Qué tendrá el poder que se asesinan reyes y papas.

Trepas...en todos los sitios.¡Ay esas montañas de mi patria donde no hay trepas!¡sólo lobos!
¡Cuándo podré estar con mis lobos!

1 comentario:

  1. A los trepas hay que saber identificarlos y, una vez localizados, dedicar el tiempo a las personas que merecen la pena de verdad, a los ciudadanos que saben vivir en sociedad, solidarios e implicados en los asuntos comunes. Los trepas deberían estar mejor entre ellos, "disfrutando" de las mismas lógicas y dinámicas que aplican a los demás ciudadanos para succionarles lo mejor de ellos a cambio de nada. Sería lo justo, las personas que saben ser solidarias y creen en una vida común viviendo en sociedad y aquellos otros que necesitan fagocitar a otras personas aplicando esa forma de convivencia entre ellos, es decir, fagicitándose mutuamente.

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