Del despotismo ilustrado (todo para el pueblo, pero sin el pueblo) a la dictadura perfecta: todo contra el pueblo, pero con él.
Y es que este sistema de panes de 420 euros y tele-circos, es el primero que utiliza el poder de su propio pueblo contra sí mismo.
A modo de suicidio colectivo, las naciones europeas eligen a sus verdugos, quienes planifican nuestra muerte política, cultural, religiosa, étnica, etc.
Verdugos que controlan los medios de comunicación, que nos mienten, exageran o se callan, según les convengan a los intereses del señor del cortijo.
Que controlan los jueces y su justicia "imparcial", según quien seas, claro...
Que controlan los servicios de "inteligencia" (la inteligencia es otra cosa, más bien habría que llamarles servicio de porteras), que interceptan comunicaciones ilegalmente, a modo de correveidiles del señor del cortijo.
Que hacen trampas, juegan sucio, tanto más cuanto más oposición real seas.
Que conspiran, amedrentan, matan...que gobiernan desde las cloacas.
Que hacen leyes a su medida, que controlan los sindicatos y demás poderes fácticos.
Que narcotizan a su pueblo con libertades de mentira, que crean una falsa y hedonista ilusión: libertad para abortar, libertar para toda clase de degeneraciones morales, mientras se encarcela a editores por vender libros molestos.
Y como quiera que poco a poco se va despertando la gente, a un ritmo muy superior se importan inmigrantes (votantes) con los cuales perseverar la dictadura perfecta de manera perpétua.
La democracia, pues, ese sistema que la mayoría apoya, una oligarquía disfruta y una minoría padecemos.