Resulta que hoy es día de Comadres. Ni lo sabía.
Es ese día en que se supone que salen sólo las mujeres a comadrear...por lo menos aquí en Asturias. Ahí se juntan desde jovencitas a abuelitas. Todas solas y libres de hombres.
Recuerdo desde pequeño esta particular noche como casi entrañable, donde salían madres e hijas a cenar en un ambiente sano.
Luego empezaron los espectáculos eróticos (para mujeres) y ahí empezó el circo. Porque esta fiesta sirvió para dar rienda suelta a los más bajos (y salvajes) instintos, no femeninos, sino de hembra en celo. En celo lo mismo de un camarero veinte años más joven que de la vecina del quinto...Y es que como en carnaval, en esta jornada salen del armario amas de casa reprimidas, que como vacas encerradas días y días en la cuadra, se les abre la puerta de par en par, para que echen a correr como vacas...locas.
Y es que hace años no salía porque no había que salir. Pero es que ahora no salgo porque me da miedo. Miedo de lo que pueda ver o de lo que me pueda pasar. Miedo por sentir mucho asco. Asco por las comadres y por lo compadres, que aprovechan singular desemelene para pillar cacho,cual patéticos subnormales, "ruca" que te "ruca", en busca, caza y captura de una presa fácil. Fácil, que no buena presa.
Que lo pasen bien. Para echar un polvo mal echado prefiero ir de putas, que son más decentes y sale hasta más barato.
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